Siempre ha estado presente en nuestros automóviles, el paso del tiempo y la exposición del vehículo a la humedad, la sal así como golpes y abolladuras en la chapa abren camino a la aparición del óxido. A pesar de que a día de hoy los fabricantes utilizan varias técnicas de prevención y protección, es necesario estar atento a nuestro coche para evitar daños graves.
¿Cómo surge el óxido?
El óxido se forma a partir del contacto de la chapa con el aire y el agua, en un proceso llamado catálisis. El agua induce al hierro a unirse con el oxígeno, siendo más común si el agua tiene algo de acidez, como cuando se le añade sal. La nueva molécula de hierro cambia su geometría, de tal forma que ya no genera superficies herméticas y forma un polvo fino, causando la destrucción de la carrocería.
Cómo ayudar a prevenirlo
Uno de las principales objetivos de la pintura es precisamente proteger la chapa ante la oxidación, por lo que la mejor forma de prevenir su aparición es cuidar de que no haya desperfectos en ella causado normalmente por las abolladuras, arañazos y golpes, ya que permiten que la humedad acceda directamente al metal pelado.
Es importante reparar inmediatamente estos daños, ya que si no se trata a tiempo, el óxido podría penetrar profundamente en la chapa, haciendo mucho más difícil y costosa su reparación.
El óxido interior
Es el que aparece en las zonas más escondidas de la carrocería, como los bajos y el guardabarros. Es especialmente problemático porque es muy probable que se tarde bastante en detectar, por lo que el problema podría hacerse más grande y en los peores casos podría incluso afectar a la estructura del coche.
En Talleres JJ García le recomendamos que revise con frecuencia estos detalles y no tarde en llevarnos su vehículo para que arreglemos los desperfectos.